Es curioso que después de estudiar arquitectura, soñando con cambiar el mundo, entre otras actividades propias de mi profesión, hoy sea “profesor de arquitectura”. Vienen a mi mente muchos recuerdos de citas pasadas, en las cuales se vapuleaba el profesor de arquitectura, el profesor de taller, hoy yo soy uno de ellos.
Durante este tiempo de docencia que llevo a cuestas, me he dedicado a observar el proceso por el cual se hace un arquitecto en los talleres, y es posible visualizar en ese proceso - el cual vincula profesores con alumnos y el conocimiento de la arquitectura – un camino zigzageante que recorren los alumnos que podríamos considerar etapas en la enseñanza, hasta llegar a los últimos años y abandonar el nido. Entonces mirando hacia atrás se dan cuenta que en la enseñanza hay conflictos, hay visiones y sobre todo convicciones profundas presentes en ese proceso, no se trata de seguir un guión que los convierte en arquitectos, sino más bien se trata de una carrera de obstáculos, donde en cada segmento deben reorientarse, en algunos casos extremos, esto puede llevar a algunos alumnos a quedar perplejos al final del camino, algo serio.
El taller de arquitectura es una de esas cosas que es difícil de definir, como otras tantas en arquitectura, finalmente es un proceso que implica cierta complicidad, una forma de entender el conocimiento en cual quedan muchos cabos sueltos, y claro, esa es parte de la idea, no es posible llenar todos los espacios, eso lo hace quien quiera ser arquitecto y es lo que pondrá el sello exclusivo de su arquitectura, de su apuesta arquitectónica, la enseñanza de la arquitectura no construye clones del profesor.
En mi reflexión sobre el otro actor, el profesor-docente, descubro al menos tres tipos de docentes, y consecuentemente, al menos tres tipos de discursos, todos bien intencionados y todos basados en un compromiso con la arquitectura.
Un primer profesor enfrenta el proceso de enseñanza como un guía, una especie de orientador desde la lejanía del proyecto, con más preguntas que respuestas, no se inmiscuye más allá de lo que permite una valla invisible que queda en claro, cuando sus respuestas son generales, algo dubitativas, de una expresión amplia sobre problemas que percibe en el proyecto. Este profesor-arquitecto fija su ruta docente, si se puede expresar así, por una convicción profunda que le hace creer que la arquitectura esta en el alumno, en su intelecto, en su propia reflexión, y que cualquier intento contaminante exterior, puede llegar a complicar las cosas, es curioso el debate entorno a la pregunta ¿ se puede enseñar arquitectura?, pregunta que plantea el arquitecto docente Peter Eisenman (1) a su colega Wolf D.Prix en plena sesión de taller en un conocido video que circula en internet, me parece que esa pregunta viene de este tipo de docente.
Un segundo profesor, que entre los alumnos goza de cierta popularidad, es el que adiestra, transmitiendo con gran entusiasmo, sus convicciones profundas sobre lo que es, que hace y como lo hace la arquitectura, y en su concepción final, estima con toda seguridad que la arquitectura es un oficio, una forma definida y casi pedestre de entender la resolución de una problemática, y para ello existe una serie de soluciones probadas y caminos conocidos, y que por lo tanto convocar experiencias pasadas, propias o ajenas, viene a dar un “algo” , que cuando se estudia arquitectura se agradece enormemente, la certeza.
Un tercer profesor, lo encontramos en aquel arquitecto docente que enseña, y enseña ciertas materias que son posible de trasmitir en un nivel conceptual bastante aceptable, y que están orientadas hacia la reflexión, hacia la elaboración cognitiva de una base teórica para sostener la propuesta de arquitectura, consecuentemente todo el discurso de la enseñanza, textos de autores como Norberg Schulz, Robert Venturi, Joseph Muntañola, Neil Leach, y otros connotados, son parte de la batería de intelectuales de la arquitectura que permiten pisar firme y seguro en este camino. Lo que hay detrás del esfuerzo de este tipo de docente, es que busca más allá de la omnipresente imagen en revistas de fotografías y monografías. Lo que busca es sustento intelectual para su quehacer, esta búsqueda se sitúa en la convicción profunda que en la arquitectura hay medula intelectual, y esa se puede enseñar.
Me parece que sin perjuicio que hayan otros tipos de docentes y discursos, que la combinación de los tres que describo, es posible en la medida que las convicciones profundas sobre lo que se entiende por arquitectura, que en este escrito defino como aquel que guía, o aquel que adiestra, o aquel que enseña, no debiliten las posibilidades menos estimadas.
Laminas de entrega de trabajo de alumnos de arquitectura
1) http://video.google.com/videoplay?docid=314217174710611532#
It is curious that after studying architecture, dreaming of changing the world, among other activities of my career, today I am a "professor of architecture." Come to my mind many memories of past events, in which battered the architecture professor, teacher workshop, today I am one of them.
During this time that I have been teaching I've been observing the process by which an architect in the workshops, and I can be visualized in this process - which links students and teachers with knowledge of architecture - a zigzag path running through the students who might consider teaching stages, up to final way and leave the nest, then looking back they realize that there are conflicts in teaching, there are views and above all these deep convictions in this process is not following a script that makes architects, but rather it is an obstacle course where in each segment must be reoriented, in extreme cases, this can lead some students to be perplexed at the end of the road, something serious.
The architecture workshop is one of those things that are hard to define, as so many in architecture, it is ultimately a process that involves a certain complicity, a way of understanding the knowledge that there are many loose ends, and of course that is part of the idea is not possible to fill all the spaces that whoever does an architect and is what will stamp their unique architecture, its commitment to architectural education architecture does not build clones of the teacher.
In my reflection on the other actor, professor-teacher-architect, I find least three types of teachers. Consequently, least three types of speeches, all well-meaning and all based on a commitment to architecture.
A first teacher faces the teaching process as a guide, a kind of guiding from the remoteness of the project, with more questions than answers, does not intrude beyond allowing an invisible fence that is clear, when their answers are general, somewhat hesitant, a broad answer for perceived problems in the project. This teacher- architect sets his path, if I may say so, by a deep conviction that makes him believe that architecture is on, or inside the student, in his intellect, in his own reflection, and that any foreign contaminant can reach complicating matters. A curious debate about the question can be taught architecture, asks teachers posed by architect Peter Eisenman to his colleague Wolf D. Prix in a normal session of the workshop in a well-known video circulating on the Internet, I think that this question comes from this type of teaching.
A second teacher, who among the students enjoyed a certain popularity, is that trains, conveying with great enthusiasm, his deep convictions about what it is, what does and how does the architecture and in its final conception, estimated safely that architecture is a practical occupation, a definite and almost pedestrian to understand the resolution of a problem, and for this there are a number of proven solutions and ways known, and therefore hold past experiences, their own or others, is to give "something" that when studying architecture greatly appreciated, certainty.
A third teacher, is found in one teacher who taught architecture, and teaches certain subjects that are possible to transmit at a conceptual level quite acceptable, and their oriented towards reflection, to the cognitive development of a theoretical bases to support the proposal architecture, therefore the whole speech about architecture , texts by authors such as Norberg Schulz, Robert Venturi, Joseph Muntañola, Neil Leach, and other notorious authors are parts of the intellectual battery enabling architecture firm and sure step on this path. What is behind the effort of this kind of teacher is looking beyond the ubiquitous image photo journals and monographs. We are looking for intellectual sustenance for their work, this search is in the profound conviction that inside the architecture knowledge there is intellectual marrow, and therefore it is possible be taught.
I think that notwithstanding that there are other kinds of teachers and speeches that the combination of the three types of teachers -one who guide, one who trains or one who teaches - is possible in the deep convictions as to what architecture means, do not ndermine the chances less esteemed
1 comment:
Felicidades, me parece bastante bueno tu post. Disculpa, de que país eres y en qué universidad impartes taller?
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